Franco Parisi reapareció en el debate político con un diagnóstico crítico de la segunda vuelta y con una estrategia clara frente al futuro gobierno de José Antonio Kast: apoyo condicionado y sin cargos en La Moneda. El excandidato del Partido de la Gente (PDG) remarcó que busca evitar “los extremos”, se declaró dispuesto a ser “eje bisagra” y fue tajante ante la posibilidad de asumir un ministerio: “No estoy buscando pega”, recalcó.
Parisi señaló que el PDG no será oposición automática ni aliado incondicional: respaldará medidas como el control fronterizo, seguridad y una ley de inteligencia robusta, pero advirtió que “cualquier proyecto que vaya contra las libertades personales, que menoscabe o discrimine a los chilenos o chilenas, vamos a ser la peor oposición al gobierno”. En lo social, marcó una línea roja: “No me toque la PGU, no me toque los planes de asistencia a las cuidadoras, a la juventud, las colaciones, las salas cuna públicas”, advirtiendo que ahí serán “extremadamente vigilantes”.
El líder del PDG también hizo autocrítica por el desempeño de su partido en el Congreso, admitiendo que “aprendimos de nuestros errores” y anunciando una reorganización interna para ordenar la bancada. Afirmó que “el PDG no solo es Parisi” y aseguró que el partido busca proyectarse hacia 2029 con más diputados, alcaldías y presencia territorial, convencido de que el PDG “llegó para quedarse” y que su apuesta será disputar el centro político en un escenario marcado por la polarización.